El quercus ilex o carrasca es un árbol de la familia de las fagáceas que se distribuye en todos los países mediterráneos y sobretodo en aquellos con un clima más seco.
Es un árbol perenne que puede crecer hasta 25 metros en condiciones excepcionales, aunque generalmente no suele pasar de los 15. Se caracteriza por su amplia copa redondeada y por su fruto, que recibe el nombre de bellota.
Su tronco es liso en los ejemplares jóvenes y en los más viejos se resquebraja, agrieta y adopta un color más oscuro.
Sus hojas son simples, bastante pequeñas y con pinchos en las puntas, que van desapareciendo en la medida que el árbol va madurando.
Cuidados de una encina en maceta
Las encinas son plantas muy resistentes a la sequía y según la subespecie presentan bastante adaptabilidad al frío (sobrevive picos de hasta -15 grados Celsius)
La subespecie ballota, tiene más resistencia a climas continentales y secos, tolerando inviernos con una temperatura media de -2 grados y con capacidad para crecer en zonas con unas precipitaciones anuales de menos de 300 mm.
Se le considera uno de los árboles con más adaptabilidad climática, por lo que se aconseja su cultivo como bonsái en prácticamente cualquier lugar, salvo casos extremos.
Riego de una encina bonsái
Son bonsáis con mucha tolerancia a la falta de agua, aunque en maceta, al tener las raíces en un sitio tan pequeño, no podemos dejar que se seque la tierra por completo. Esperaremos a que la parte superficial del sustrato esté seca para regar. En verano habrá que estar más pendiente del riego, haciéndolo incluso 2-3 veces al día en los meses más calurosos.
En las primeras fases de formación es recomendable no pasarse regando. ¿Por qué? Pues porque si acostumbramos a la planta a recibir menos agua, conseguiremos que en el futuro tenga más resistencia a la sequía y pueda soportar algún descuido o problema en el riego automático.
¿Cuándo trasplantar una encina bonsai?
Las encinas pueden trasplantarse bien a finales de la primavera o bien a finales del verano. Para saber cuando es el momento óptimo, esperaremos a que el bonsái hinche las yemas y esté a punto de brotar, justo ahí será cuando podemos trasplantar el árbol.
Toleran la poda de raíces relativamente mal, por lo que es mejor ir reduciendo el cepellón en trasplantes sucesivos. En cualquier caso hay que asegurarse que el árbol goce de un buen vigor.
Los quercus ilex aceptan cualquier tipo de PH en el sustrato, por lo que no hay que calentarse la cabeza tratando de usar tierras más ácidas. Lo más importante es que sea drenante y que retenga la humedad. Un buen ejemplo es akadama con pómice a partas iguales, pero podemos combinar akadama con grava, o lo que más nos guste.
Orientación de una encina bonsái
Se recomienda en la medida de lo posible una exposición a pleno sol, ya que los bonsáis expuestos a más cantidad de luz, son más resistentes a las enfermedades y además presentan un crecimiento más rápido.
No obstante si nuestro clima es realmente caluroso, podemos emplear una malla de sombreado, que reduzca como máximo un 40% la luz, pero esto solamente se puede hacer en verano, porque se trata de una especie con una gran necesidad lumínica.
Poda y pinzado de una encina
Las podas estructurales las haremos en los momentos en los que la planta esté parada, ya que el flujo de savia es menor. Las encinas cicatrizan fatal, por lo que si cortamos una rama muy gruesa, se recomienda disimularla con madera muerta.
Los quercus ilex crean una copa muy densa, de tal forma que todos los años hay que pinzar a principios de verano los brotes que hayan crecido en exceso. También hay que hacer un aclarado de las hojas, eliminando las más viejas y permitiendo que la luz pueda penetrar en el interior de la ramificación para que se desarrollen las yemas internas.
Bonsái encina desde bellota
Es un árbol de muy lento crecimiento, por lo que para hacer un bonsái de encina, lo más recomendable es comprar un plantón de vivero para ir formando poco a poco.
En mi caso me decidí a formar un quercus ilex desde 0, como un reto personal. Germiné la semilla y durante el primer año creció sin ningún tipo de pinzado ni poda.
Al segundo año alambré el tronco para dar una forma sinuosa, sin grandes curvas, ya que no quedaría realista en una encina.
Al tercer año planté el árbol en una maceta de gran tamaño para conseguir un tronco de mayor calibre en menos tiempo.
Este año se ha plantado en una maceta de entrenamiento para comenzar su formación.
Se ha dejado crecer brotes por todos lados para tener más ramas donde elegir. En este caso como el tronco es muy sinuoso y no es especialmente ancho, he decidido continuar su formación como un bunjin-ji o literati. Para ello he cortado las ramas que crecen en la parte baja del bonsái y en los interiores de las curvas.
Así ha quedado después de la poda de formación. Aunque las encinas no suelen presentar este tipo de crecimiento en su hábitat natural, la forma del tronco y sobre todo la posición de las ramas invita a formarlo de esta manera.
Durante los siguientes años dejaré que engorden las ramas principales y poco a poco iré decidiendo la altura final del árbol.
El árbol ya va encaminado, algún día será un bonito bonsái con una copa densa y con un tronco añejo.
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