El almez es una árbol de la familia de las ulmáceas, que no es demasiado habitual en el mundo del bonsái, pero que tiene gran potencial para poder ser cultivado como tal, ya que ramifica realmente bien y posee una hoja aserrada realmente bonita y delicada. En Japón recibe el nombre de enoki, siendo la especie más frecuente como bonsai el celtis sinensis.
Cuidados de un bonsái de celtis
Se trata de un árbol que gusta de una buena exposición solar. Es muy resistente a las sequías y tiene un crecimiento muy vigoroso. Prefiere suelos arcillosos, húmedos y bien drenados, pero no es especialmente exigente en cuanto al PH.
Riego del celtis bonsái
Se trata de una especie muy tolerante a la sequía, por lo que soportará algunos descuidos en el riego. No obstante hay que regar abundantemente en cuanto el sustrato comience a secarse por la parte superficial, con especial atención los días más calurosos de verano. Las puntas de las hojas quemadas puede denotar falta de agua.
Abonado del celtis
Abonaremos con abono orágnico de liberación prolongada, en cuanto comience a abrir las primeras hojas a principios de la primavera. Cuando esté más avanzada la brotación podemos complementar el abono sólido con algún fertilizante líquido de forma semanal. Cuando el árbol detenga el crecimiento, bien entrado el verano, podemos suprimir el abonado, para volver a reanudarlo en otoño.
Con los ejemplares con una ramificación más avanzada, debemos prestar más atención con el abonado, ya que una falta de nutrientes puede llegar a secar alguna rama fina del árbol, echando por tierra el trabajo de varios años.
Ubicación del celtis sinensis
Buscaremos una orientación muy soleada, ya que tiene unas necesidades lumínicas muy altas. También se adapta a posiciones ligeramente sombreadas, pero sacará hojas más lánguidas y de mayor tamaño.
Tolera temperaturas hasta -5 grados, por lo que salvo caídas muy abruptas de las temperaturas, el árbol debe estar todo el año al exterior. Sin embargo habrá que extremar las precauciones con las heladas tardías, ya que pueden congelar las hojas cuando todavía están tiernas.
Transplante del celtis
Trasplantaremos el árbol a finales del invierno, cuando las yemas empiecen a estar hinchadas. Tolera relativamente bien la poda de raíces, ya que es una especie caduca. No obstante si cortamos raíces muy gruesas, sobre todo al principio de la formación, es posible que llegue a secar alguna ramita
Como ya se ha mencionado anteriormente, no es una planta muy sensible al PH del suelo, por lo que debemos preocuparnos principalmente por conseguir una tierra muy drenada y que permita una correcta oxigenación de las raíces.
Poda del celtis bonsái
Pinzaremos en primavera cuando los brotes alarguen demasiado, de esta forma conseguiremos una segunda brotación y una estructura de la copa adecuada. Las ramas más gruesas hay que cortarlas en invierno, cuando el flujo de savia es menor, de lo contrario corremos el riesgo de que al retirar savia se sequen partes del bonsái.
Enfermedades del celtis
No suele ser afectado por enfermedades ni plagas. El mayor problema radica en ejemplares débiles, que pueden ser víctimas del ataque de algún hongo como el carpóforo. Por esta razón debemos tener el árbol siempre bien abonado y regado. Se recomienda tapar las heridas con pasta cicatrizante para evitar la entrada de patógenos.
Estilos de un bonsái de almez
Los celtis no son muy numerosos en exposiciones de bonsái, pero se suelen modelar como vertical formal o como estilo escoba (hokidachi). Puede formarse como tamaño shohin si se desea, ya que puede reducir bastante bien la hoja con los pinzados constantes.
Para formar un bonsái de celtis desde 0, podemos hacerlo a través de semillas. Para ello cogeremos los frutos del árbol cuando ya estén maduros, aproximadamente a finales de otoño, y los estratificaremos durante todo el invierno. Durante los primeros años lo dejaremos crecer a sus anchas, o incluso podemos plantarlo en el campo para conseguir un grosor de tronco aceptable en pocos años.
También puede esquejarse relativamente bien las ramas semileñosas a principios de primavera, siempre y cuando mantengamos la humedad y los protejamos del sol directo.