Bonsái de trachelospermum asiaticum

El trachelospermum asiaticum o jazmín chino es un arbusto trepador de hoja perenne que crece de forma natural en el sudeste asiático.

A menudo se emplea como enredadera para cubrir una fachada una pared aunque se puede ver en bonsái, normalmente como tamaño shohin, debido a la facilidad que tiene para ramificar y reducir la hoja.

Sus hojas son de un color verde intenso ​y tienen cierta similitud en forma a las de un cítrico.

El mayor atractivo lo encontramos en su floración, que ocurre durante el verano y que emana un aroma muy fuerte y agradable.

No suele crecer más allá de los 6 metros, y su tronco es leñoso y de un color oscuro.

bonsai trachelospermum

Cuidados de un bonsái de trachelospermum

El trachelospermum o chirimen (en japonés), a pesar de que se parece muchísimo a un jazmín, es de una familia completamente distinta.

Esta especie pertenece a la familia de las Apocináceas, y en cambio, los jazmines son de la familia de las oleáceas.

Solamente lo digo a modo informativo, pues no hay que tratar ambas plantas como iguales, y por tanto los cuidados serán diferentes.

Necesitan un clima cálido, pues se trata de una planta originario de regiones cálidas, y que además es muy demandante en agua. En caso de no vivir en una zona subtropical, lo ideal sería mantener a la planta en un invernadero durante los meses más fríos del año-

No tiene predilección por ningún tipo de PH en el sustrato, por lo que lo más importante será asegurarse de que la tierra retiene bien la humedad y al mismo tiempo es lo suficientemente porosa para evitar que se encharque.

De esta forma, la recomendación sería emplear akadama al 100% o bien aportar alguna porción pequeña de kyruzuna.

Hay que tener en cuenta, que la tierra que solemos emplear para un bonsái (akadama) no es fértil, lo que signfica que debemos aportar abono regularmente para que la planta esté todo el año con un buen vigor.

Mi recomendación sería abonar durante toda la temporada de crecimiento vegetativo, es decir desde primavera hasta otoño. Para ello podemos emplear abono orgánico de liberación prolongada, y además usar abono líquido orgánico en los meses de mayor crecimiento.

La floración ocurre en verano, por lo que en la primavera debemos abonar constantemente para asegurarnos que la planta cuenta con el suficiente vigor para que esta ocurra.

Para formar un bonsái de trachelospermum lo ideal es hacerlo desde esqueje. Se trata de una planta con bastante facilidad para arraigar y que ademá presenta un crecimiento bastante rápido.

En las primeras fases, lo más sencillo es trasplantar el bonsái a una maceta de cultivo, más grande de lo habitual, para avanzar en el proceso de engorde del árbol. Una vez el tronco ya sea lo suficientemente grueso, podemos cortar casi toda la ramificación y formar de nuevo la estructura.

Como decía, se trata de una planta de rápido crecimiento, por lo que en muy poco tiempo podremos formar de nuevo la estrucutra del árbol.

Para trasplantar el bonsái, esperaremos a final del invierno/ principios de primavera, justo cuando la planta de señales de despertar del letargo invernal. Ahí es donde podremos realizar la operación.

Los trachelospermum aguantan bastante bien la poda radicular, siempre y cuando luego mantengamos al bonsái en un sitio húmedo y resguardado de las corrientes de aire.

Si el árbol presenta un buen vigor, podemos cortar hasta 2/3 partes de las raíces del árbol.

En cuanto al abono, lo haremos durante toda la etapa de crecimiento vegetativa. Para ello podemos ir complementando fertilizante orgánico de liberación prolongada junto con fertilizante líquido.