La ceratonia siliqua o algarrobo es una especie perenne, de origen mediterráneo. Se caracteriza por su dura y preciosa madera oscura, por sus hojas compuestas y por sus frutos, las algarrobas. En la naturaleza puede llegar a medir hasta 10 metros, pero generalmente no suele pasar de los 6.
Cuidados de un bonsái de algarrobo
Los algarrobos son árboles que solamente se distribuyen por la cuenca mediterránea, ya que su tolerancia al frío es muy baja. No debería ser expuestos a temperaturas por debajo de 0 grados Celsius durante mucho tiempo.
Prefieren vivir en terrenos semiáridos, con una pluviosidad de 400 mm al año, por lo que se trata de un árbol tremendamente resistente a la sequía.
¿cómo regar un bonsái de algarrobo?
Dejaremos secar el sustrato entre riego y riego, ya que son bonsáis que no toleran los encharcamientos. En verano aumentaremos el riego, ya que en macetas más pequeñas el agua se evaporará mucho más rápido.
¿Cómo trasplantar un algarrobo bonsái?
Podemos trasplantar el bonsái a finales de agosto, aprovechando la parada estival, justo antes de la brotación otoñal. También podemos trasplantar a finales de invierno, cuando veamos las yemas hinchadas.
Toleran la poda de raíces fuertes, siempre y cuando compensemos eliminando gran parte de las hojas.
Son árboles que aceptan diferentes tipos de PH, pero prefiere suelos básicos y bastante drenantes. Además soportan ligeramente la salinidad, por lo que de cara a buscar un sustrato ideal, debemos decantarnos por el más poroso y suelto.
Ubicación de un bonsái de algarrobo
Los algarrobos en su hábitat natural gustan de una buena exposición solar, y a poder ser que puedan recibir el sol de las horas centrales del día. De tal forma que nuestro bonsái tenemos que orientarlo en la parte más soleada de la terraza. Tiene que recibir como mínimo 6 horas de sol diarias, no solo para poder desarrollarse correctamente, sino también para reducir el tamaño de la hoja.
Poda de los algarrobos bonsái
Eliminaremos los brotes que alarguen demasiado durante la primavera, para forzar al bonsái a realizar una nueva brotación. Las ramas más gruesas hay que cortarlas en invierno, donde el flujo de savia es mínimo. Siempre debemos dejar un brote en las ramas que podemos, ya que de lo contrario se secará.
Acepta bien las podas fuertes siempre y cuando el árbol esté fuerte. Los brotes jóvenes adquieren unos tonos rojizos muy bonitos, en tanto en cuanto reciba buena exposición solar.
En verano podemos defoliar el árbol parcialmente para dejar entrar luz al interior del bonsái, y conseguir que los brotes internos se desarrollen. Así mismo, la defoliación promoverá un tamaño menor de las hojas, como consecuencia de restar vigor a la planta.
Abonado del algarrobo
Abonaremos durante primavera y otoño, deteniendo el fertilizado en la parada estival. Lo recomendable es emplear abono orgánico de liberación lenta, y semanalmente algún abono líquido que complemente con los micronutrientes necesarios.
Enfermedades del algarrobo
Una de las plagas más habituales es el insecto barrenador de la madera, que penetra en el interior de los troncos, haciendo huecos y galerías. En el peor de los casos puede causar la muerte del árbol.
También es sensible al hongo oidio, sobretodo en los climas más húmedos.
Hacer un bonsái de algarrobo
Lo ideal es hacerlo a través de semillas, ya que las éstas germinan fácilmente. Es un árbol de crecimiento muy lento, por lo que para acelerar el proceso podemos plantar los plantones en el suelo. En el enlace a continuación puede verse como hacer un bonsái de algarrobo de semilla paso por paso.
No es una especie muy adecuada para tamaños pequeños, ya que no ramifica especialmente bien, y la hoja, al ser compuesta, es más complicada de reducir.
Suelen modelarse siguiendo un estilo natural, es decir simulando su estado en la naturaleza. Esto es, troncos muy gruesos y con la copa muy ancha. Se suele trabajar la madera muerta con líquido de jin y tinta china, ya que de esta forma el color del tronco quedará grisáceo, muy similar a las maderas muertas de algarrobo en la naturaleza.