El Jasminum nudiflorum, también conocido como jazmín amarillo o jazmín de invierno, es una especie de planta trepadora originaria de China. Es una planta de hoja caduca o semi-caduca (según el clima), que puede crecer hasta una altura de tres metros, con ramas delgadas y flexibles que se entrelazan fácilmente.
La característica más distintiva del jasminum nudiflorum es que florece en invierno, durante los meses más fríos del año. Sus flores amarillas, pequeñas y tubulares, aparecen en racimos en las ramas desnudas antes de que aparezcan las hojas. Esta capacidad de florecer durante los meses de invierno la convierte en una planta muy popular en jardines y patios de todo el mundo.
El jasminum nudiflorum es una planta de fácil cultivo y cuidado. Es resistente a la sequía y a las temperaturas extremas, lo que la convierte en una excelente opción para jardines en zonas donde los inviernos son fríos. Prefiere una exposición al sol o semisombra y un suelo bien drenado.
Cuidados de un bonsái de jazmín de invierno
El jasminum nudiflorum es una planta muy recomendable para formar como bonsái, ya que no suele presentar problemas en el cultivo. Su desarrollo es bastante rápido y gracias a que sus ramas son muy flexibles y moldeables, podemos conseguir una estructura a nuestro gusto.
Por otra parte, sus hojas y flores son de un tamaño muy contenido, lo que nos da la posibilidad de formar bonsáis de pequeño tamaño.
Hay que tener en cuenta que, debido a su condición de planta trepadora, el crecimiento de sus ramas es tremendamente rápido y vertical, por lo que hay que estar muy pendiente de la poda y del pinzado para no perder la silueta de nuestro árbol.
Riego de un jasminum nudiflorum
Se trata de una planta bastante resistente a la sequía, pero hay que aportar una adecuada cantidad de agua para el correcto desarrollo del bonsái. En época de crecimiento, regaremos prácticamente a diario, mientras que en la parada de desarrollo vegetativo no será tan necesario. Lo más importante es garantizar que el sustrato no se seque por completo entre riegos.
Trasplante de un bonsai de jasminum nudiflorum
El jazmín de invierno presenta un poderoso crecimiento de raíces, por lo que el trasplante se deberá hacer con bastante frecuencia, es decir cada año o cada 2 en ejemplares más jóvenes y cada 3-4 en ejemplares más viejos. Evidentemente dependerá del tamaño de la maceta donde cultivemos a nuestro bonsái.
A la hora de hacer el trasplante, podemos quitar hasta 2/3 de las raíces, ya que volverá a emitir nuevas sin ningún problema.
Emplearemos un sustrato estándar para bonsái, es decir que drenante y a la vez con capacidad de retener la humedad. No es necesario añadir una parte de sustrato ácido, ya que puede crecer en cualquier tipo de PH. De tal forma que una posible idea de sustrato sería akadama al 100%
Abonado de un bonsái de jasminum nudiflorum
Aportaremos abono orgánico de liberación prolongada durante toda la etapa de crecimiento vegetativo, es decir desde primavera hasta otoño. Para conseguir un calibre de tronco mayor, podemos emplear un fertilizante líquido, rico en nitrógeno siguiendo las instrucciones del fabricante.
Poda y pinzado de un bonsái de jasminum nudiflorum
Los jazmines de invierno florecen en invierno, por lo que si queremos conservar la floración, esperaremos a que esta termine para llevar a cabo el pinzado. Si queremos conseguir una mayor ramificación, reduciremos la rama a 2 yemas.
En cuanto a la poda de formación, la podemos realizar a finales de otoño- principios de invierno. Es cierto que esto comprometerá la floración, pero durante esta fase tenemos que poner el foco en formar la silueta del árbol y no en poder disfrutar de la floración.
Estilos de un bonsái de jasminum nudiflorum
Debido al pequeño tamaño de las hojas y de las flores del jazmín de invierno, podemos formar esta especie de diversas formas.
Lo más habitual es hacerlo como shohin o mame, pues queda realmente llamativo ver un árbol tan pequeño, pero a la vez tan provisto de flores.
Otro estilo bastante típico es el de cascada o semicascada. Los jazmines de invierno tienden a alargar mucho las ramas, lo que nos permite a poder jugar con su longitud y darles caída para darle un estilo más drámatico y llamativo.
Otra formación que se suele ver a menudo es la de raíces expuestas. Los jasminum nudiflorum forman raíces muy enroscadas entre ellas, que generalmente son difícil de controlar, de tal forma que resulta mucho más sencillo sacar a relucir esta peculiar característica en vez de intentar corregir el nebari.