No hay ninguna norma estricta que seguir, sino que depende mucho de la especie, época del año, lugar, orientación, sustrato…
Como norma general hay que dejar que el sustrato empiece a secarse por la parte superficial para regar. En primavera y verano, si tenemos los árboles al exterior con bastante luz solar nos tocará regar casi todos los días, y a finales de otoño e invierno habrá semanas que solo reguemos 3-4 veces. También dependerá de la orientación ya que con más horas de sol directo habrá que regar más frecuentemente y del viento que haga, que también secará el sustrato más deprisa.
El tipo de sustrato que estemos usando también juega un papel crucial en el riego. Con una tierra compuesta por akadama y pomice, la retención de agua será mucho menor que con la tierra negra que suelen traer los bonsáis comerciales, ya que tanto la akadama como el pomice son mucho más porosos. Esto no significa que sea algo malo, más bien todo lo contrario, porque los bonsáis deben de tener un sustrato oxigenado para un correcto desarrollo de las raíces. De hecho no es aconsejable tener el bonsái en tierra negra, ya que el exceso de humedad en el cepellón puede ser fatal.
¿Con qué riego mi bonsái?
Lo ideal es usar una regadera especializada que incorpore una boquilla para que el agua sea rocíada simulando la lluvia y llegando uniforme a cada rincón de la maceta. También podemos usar una lanza de riego, que será más cómodo cuando tengamos que regar muchos árboles.
¿Qué agua uso para mi bonsái?
Lo ideal es usar agua de ósmosis, ya que hay que evitar regar con aguas con muchas sales disueltas, pero dependerá de la calidad del agua de la zona, ya que en algunas partes el agua del grifo es bastante pura.
Hay árboles que soportan más las aguas duras,pero en general suelen traer problemas. Para más información en el abonado se detalla la razón por la que no hay que usar aguas duras.
Así que para evitar problemas, si nuestra agua del grifo no es de calidad, usaremos un equipo de ósmosis o agua embotellada con una baja mineralización.
¿Riego por inmersión?
Cuando el sustrato esté muy compacto, sobretodo en sustratos que no sean porosos, cuando regamos con regadera la compactación evita que se humedezca todo el cepellón, de forma que podemos usar,eventualmente, este riego para que se moje todo. También es aconsejable esta técnica cuando nos encontremos con un bonsái que ha sufrido un golpe de calor, como medida extraordinaria