¿Es posible un bonsai de palmera?
Propiamente hablando podemos decir que no, ya que en realidad las palmeras no tienen consideración de árbol.
Además hay 2 motivos que nos complican mucho la vida para formarlos como bonsái:
1.- Lo habitual es que las palmeras crezcan sólo hacia arriba, como se puede observar en la naturaleza, ya que predomina su crecimiento apical.
2.- No crean ramas y subramas (salvo contadas excepciones, como las drácenas). De hecho, el tronco de las palmeras no es más que sucesivas capas del resto del penacho de hojas, cuando éstas caen de viejas o son podadas, razón por la cual las palmeras no son consideradas árboles.
Esto no quita que se puedan conseguir ejemplares preciosos y que se pueda cuidar como una planta curiosa que nos de alegrías y placer, que es de lo que al final trata esta afición.
Dicho todo esto vamos a ver que posibilidades tenemos dentro de las palmeras para cuidarlas para bonsái.
Bonsái de cyca
Aunque realmente no es una palmera, ya que pertenece a una familia distinta, su tipo de crecimiento y aspecto es muy similar al de una arecaceae (familia de las palmeras).
Se trata de una planta muy longeva, que se desarrolla muy lentamente.
Las cycas forman hijuelos en sus bases y a veces en el tronco, consiguiendo el aspecto de una palmera ramificada.
John Naka recomienda tensar las hojas hacia abajo para que tengan un efecto más grácil. También se pueden cortar las hojas a la mitad para reducir su tamaño y conseguir un aspecto de miniaturización.
Se suelen reproducir separando los hijuelos de la planta madre y poniéndolos en una maceta individual.
Las cycas se suelen emplear como bonsái de interior debido a la poca resistencia a las heladas.
Bonsai dracena
Algunas especies dentro de las dracenas, también se pueden intentar como bonsai, ya que con el paso del tiempo pueden formar ramas secundarias.
Un ejemplo es el dracaena draco, también conocido como drago. Se trata de un árbol de una longevidad excepcional que crece en zonas subtropicales.
Los dragos son muy sensibles al exceso de agua, por lo que habrá que emplear un sustrato muy drenante y espaciar los riegos más que con un bonsái normal.
Al igual que con las cycas, se recomienda cultivar este tipo de planta en un clima cálido, ya que no tolera las heladas.
Los dragos se suelen reproducir a partir de semilla, y el proceso suele ser bastante largo, por lo que no es una especie recomendada para impacientes.