Shohinizando un nejikan

En diciembre de 2017 compré un granado nejikan que había sido importado de Japón. Estaba completamente por hacer, con ramas que crecían por todas partes, pero con un movimiento bastante sugerente y un futuro prometedor.

Por aquel entonces no sabía muy bien por dónde meterle mano, y solamente tenía en mente retroceder la ramificación, pero manteniendo su forma actual.

Unas semanas más tarde me puse a eliminar las ramas que no entraban dentro del diseño, ya que al no tener hojas era el momento perfecto para hacer una buena poda de formación. Después de un rato eliminando lo que sobraba del granado, esto es lo que quedó de él.

Lo sé, la calidad de las fotos es horrible, pero es que por aquella época tenía un móvil con una cámara muy mala y tampoco tenía en mente usar estas fotos para redactar un artículo.

Lo dejé así, lo trasplanté para ver el estado de las raíces y de paso puse un sustrato algo más suelto para mejorar la oxigenación de las raíces.

Se quedó realmente con muy pocas ramas y con una descompensación bastante importante en el lado derecho. Necesitaba urgentemente que el granado me sacara alguna rama en la siguiente brotación.

La suerte no estuvo de mi parte, y aunque durante todo el año 2018 el árbol creció vigorosamente, no formó ningún brote donde realmente tenía necesidad. Como se puede observar, el granado también se trasplantó, y durante este proceso decidí cambiar el ángulo de plantado para marcar todavía más su movimiento y conseguir un bonsái con una mayor personalidad.

Durante el año 2019, el árbol siguió brotando con la misma fortaleza que el año anterior y, por suerte, formó un brote en la parte donde me hacía falta. Realmente este brotecillo salía en el interior de una curva, y aunque esto pueda parecer un error, decidí dejarlo para aportar un toque diferente.

Además, durante ese año me di cuenta de que el árbol me resultaba demasiado alto para el grosor de tronco que tenía, por lo que decidí rebajarle altura, compactarlo e intentar formar un shohin con más potencia.

Durante todo el año prácticamente no pincé al nejikan, porque lo más urgente era conseguir un mayor grosor en la ramificación.

punica granatum nejikan

Con la caída de las hojas, aproveché para alambrar las ramas y ver qué tal había avanzado la ramificación. Reduje todavía más el ápice para que midiera exactamente 25 cm sin medir la maceta y aproveché una de sus ramas superiores para formar una tercera copa con una dramática caída.

En un principio, había pensado en construir la rama más baja como una más, pero al ver árbol desnudo, me surgió la idea de formar una segunda copa como un estilo padre-hijo.

Ya que el árbol desde un principio ha tenido un estilo tan raro, me decidí a explotar esta virtud e intentar formar un estilo lo más tortuoso y extraño posible. Perfectamente podría haber ramificado cada copa como un estilo moyogi, pero sé que si me hubiera decidido por este estilo, el árbol me habría acabado pareciendo demasiado monótono.

En 2020 el árbol ha brotado realmente fuerte. De momento hemos definido un poco más la rama que formará el doble tronco y se ha llenado un poco más de ramificación el árbol. Ahora a abonar y mucho sol, ya que cuanto más vigor tenga, más fácil me será mejorar el follaje.

Poco a poco el árbol va ganando densidad, aunque aun quedan muchos años para ser algo interesante.

Y esto es todo. Aún queda mucho por hacer, pero ya tiene el camino marcado y con constancia y años de cultivo, será un árbol bastante bonito.

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