Olmo nire comercial

En 2017 me decidí a probar que tal se me daban las zelkovas nire. Siempre me han gustado las ulmáceas, y en el clima mediterráneo me funcionaban por el momento bastante bien,de tal forma que en la importación de ese mismo año me decidí por comprar un arbolito humilde y experimentar con el.

Los olmos nire pertenecen a la misma especie que los olmos chinos (ulmus parvifolia), pero se distinguen de los primeros por su bonita madera abotonada.

El protagonista de la entrada del día de hoy es este pequeño arbolín.

olmo nire

en definitiva se trata de un árbol pequeñito estilo estilo “bolita”, es decir con las ramas sin ningún tipo de orden formando una especie de escoba chapucera. Puede parecer hasta bonito con hojas, pero debajo de esa falsa apariencia bonita, se escondía una estructura bastante caótica.

Visto el panorama me decidí por rehacer la estructura entera, a pesar de que sabía que iba a perder muchos años formando la copa entera.

Así pues, después de darle unas cuantas vueltas le di caña.

La calidad de la foto, desde luego no es la mejor, pero más o menos yo creo que se entiende en que quedó el pobrecillo.

No me compliqué mucho la vida realmente, dejar las ramas en el exterior de las curvas y me puse a construir un mooyogi al uso.

Me decidí a transplantarlo a final del verano del mismo año, porque sé de buena mano que las ulmáceas toleran relativamente bien la poda de raíces fuera de temporada y me quise arriesgar.

el cepellón no estaba del todo mal, había raíces mal situadas y algunas bastante gruesas, pero en general el bonsái estaba bastante sano.

Lo planté en la misma maceta de plastico que venía, aunque cambie el sustrato y puse akadama con pomice para conseguir una mayor oxigenación y promover un desarollo de raíces más fuerte.

Como podéis ver también eliminé el tocón que tenía justo encima de la primera rama, consiguiendo así mejor movimiento y conicidad.

Durante el resto del año lo dejé sin pinzar, con el objetivo de vigorizarlo de nuevo y comenzar a formar la estructura el año que viene.

No obstante me surgió un problema, y es que por alguna razón, durante el año siguiente se comenzó a secar la rama principal. Pensé que podría ser por falta de espacio en la maceta,

Por esta razón el árbol lo puse en una maceta mayor sin tocar el cepellón.

Durante ese año el árbol mejoró bastante, más o menos formé la estructura primaria, y conseguí mejorar con creces su vigor. Además,como podemos observar, en la primera rama poco a poco iba formando la estructura secundaria.

Aún así, es cierto que no me acababa de convencer el espacio que se había generado al perder la primera rama, se veía como algo desequilibrado

Durante el siguiente año, el ábol me sorprendió formando un brotecito justo donde me hacía falta, en el punto donde se secó la primera rama. De tal forma que encendí una velita y recé por que el brote se desarrollara correctamente.

Lo cierto es que la cosa fue bastante bien, y a mitad de año, este es el aspecto que presentaba el árbol.

Más o menos se puede ya vislumbrar la estructura del árbol. Todavía falta mucho por delante. El ápice está entero por hacer y la ramificación aún es demasiado básica.

Es importante abonar bien el árbol durante todo el año, ya que si se mantiene fuerte,el crecimiento será más vigoroso y lo podremos someter a más pinzados, que son los que van a mejorar la cantidad de las ramas.

Para el año 2020 he decidido trasplantarlo a una maceta más pequeña, que aunque no le queda bien, era la única que tenía a mano de un tamaño más o menos correcto.

Se puede ver que durante el 2018 y 2019 la ramificación ha mejorado y el ápice más o menos va empezando a coger forma.

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