Continuando con la sección de especies inusuales, hoy os vengo a hablar de la malpighia, también conocida como acerola.
Se trata de un género de arbustos o arbolitos de pequeño tamaño que alberga unas 45 especies distintas. Son originarias de de América Central y el norte de Sudamérica, aunque también se pueden encontrar en el Caribe, Madagascar y otras zonas templadas de nuestro planeta.
El principal atractivo lo encontramos en su floración y posterior fructificación. Las flores son solitarias de 1-2 cm con pétalos de color blanquecino, rosado, rojo o púrpura según la variedad. El fruto es una baya roja de pequeño tamaño, que a veces puede llegar a ser confundido con el del crataegus.
Malpighia como bonsái
Sin duda alguna, las malpighias tienen mucho potencial para su uso como bonsái. Además de tener una floración y fructificación muy llamativa, sus hojas son por defecto bastante pequeñas, lo que nos permitirá formas copas mucho más densas.
Debemos tener en cuenta que las malpighias son árboles subtropicales, por lo que no toleran un calor excesivo ni tampoco las heladas. Sabiendo esto, tomaremos las medidas adecuadas en función de nuestro clima.
En general prefieren una exposición a pleno sol, ya que además las floraciones serán mucho más abundantes. No obstante, puede adaptarse a un emplazamiento a media sombra.
En aquellas zonas más calurosas podemos emplear una malla de sombreo durante los meses más calurosos del año.
El sustato a emplear debería ser ligeramente ácido, por lo que es recomendable aportar una parte de kiryuzuna o de kanuma a la mezcla.
Para formar una copa equilibrada y compacta se recomienda pinzar frecuentemente los nuevos brotes. Además, tiende a formar ramas en cualquier parte del tronco, por lo que eliminaremos los brotes no deseados en pro de vigorizar las ramas que nos van a servir en el diseño.
Las especies que se suelen usar como bonsái son la malpighia glabra y la malpighia coccigera.
La primera se caracteriza por sus flores de color rosadas que aparecen a lo largo de todas las ramas. Lo que significa que los pinzados continuos no afectan a la formación de las yemas de flor.
Por otro lado, la malpighia coccigera se caracteriza por sus hojas ligeramente aserradas, muy similares a las de un acebo. Además el fruto también es bastante similar, lo que pude dar lugar a confusión.
Se trata de un género de plantas muy recomendable como bonsái y que además se presta para formar arbolitos de pequeño tamaño, ya que tanto sus hojas como sus flores y frutos quedan acorte a las medidas del árbol.
Espero que después de conocer esta especie os animéis a experimentar con ella.