Formando bonsáis a partir de acodo

En el día de hoy os quiero presentar una forma muy fácil de formar nuevos ejemplares para trabajar como bonsái.

Se trata de la técnica del acodo aéreo. Esta técnica nos permite conseguir árboles con un grosor de tronco y desarrollo mucho más avanzado. Además, fruto del proceso en si mismo, forzaremos la emisión de las raíces en un punto concreto, lo que ayudará a obtener un nebari más radial y equilibrado.

El proceso es algo laborioso y los resultados se ven al cabo de unos meses, pero sin duda nos ayudará a recortar los tiempos a la hora de formar un bonsái.

La época ideal es en primavera, aunque también se puede realizar en otoño.

Hecho esta introducción veamos pues como hacerlo de la mejor forma.

1. Elección de la especie:

En general, son muchas las especies aptas para llevar a cabo esta técnica. Incluso ejemplares que tradicionalmente se ha creído que no formaban raíces por acodo aéreo, como los pinos, si se hace correctamente, también puede funcionar. Como criterio general, diría que las especies que presentan mayor porcentaje de éxito, son aquellas que tienen una gran facilidad para formar raíces y que por tanto esquejan bien. Aunque como decía, la gran mayoría se pueden reproducir por acodo. En todo caso, el hecho de que una especie sea más adecuada o no, afectará al porcentaje de éxito y especialmente al tiempo que tardará en formar raíces.

Por poner un ejemplo, un ficus puede formar raíces en unos pocos meses, y funcionará casi siempre, mientras que un pino tendrá más probabilidad de error y el tiempo que tarda en formar raíces será mayor.

2. Preparación de la rama a acodar:

Escogeremos una rama que tenga cierto movimiento o cierto grosor, pues el objetivo a largo plazo es formar un bonsái. De tal forma que hay que intentar acortar los tiempos lo máximo posible. El grosor, no suele ser un problema, ya que se puede acodar troncos realmente gruesos.

Una vez tengamos claro que rama acodar, preparemos una herramienta afilada para pelar la superficie donde queramos que emita las raíces.

corteza pelada para formar un acodo
Os muestro un ejemplo practicado en un juniperus itoigawa donde hemos cortado un anillo de corteza de aproximadamente un cm de ancho.

Es muy importante pelar bien la corteza hasta llegar al cambium, ya que de lo contrario, existe el riesgo de que se vuelva a formar la corteza en vez de las raíces.

Lo que yo suelo hacer para asegurarme que no queda ninguna célula de corteza es, con ayuda de una navaja, rascar todo el anillo pelado.

Una vez este la zona delimitada y bien pelada, pondremos un alambre en la parte superior del anillo, a modo de torniquete. Esto bloqueará el paso de savia por el tronco y aumentará las probabilidades de éxito.

acodo aéreo con el alambre

En este punto, ya solamente faltará cubrir la zona acodada con un plástico o con una bolsita llena de tierra. Básicamente hay que agujerear la bolsa, rodear la zona pelada y añadir tierra. De esta forma, tendremos un paquetito repleto de sustrato que estará en contacto con el cambium, lo que dará a entender a la rama, que tiene que formar raíces aéreas (como si estuviese enterrada).

El sustrato a emplear puede ser akadama, tierra negra de jardín o incluso musgo. Lo más importante es que se mantenga la humedad dentro del paquetito, por lo que dependiendo del sustrato habrá que regar más o menos frecuentemente.

bolsa para acodar

Cuando hayamos rodeado la zona acodada con la bolista, podemos usar unos alambres o incluso una cincha en los extremos para que sirva como soporte y la tierra no se caiga.

Además de esto, yo recomiendo realizar un agujero muy pequeño en algún punto de la bolsa, para poder regar y mantener la humedad dentro del acodo.

acodo aéreo

Ahora solamente hay que tener paciencia y esperar a que la naturaleza siga su curso. Como norma general, os diría de esperar toda una etapa de crecimiento para separar el acodo. Es decir, si lo hacemos en primavera, podemos separarlo en otoño.

Algunas especies pueden tardar menos, pero una mayor cantidad de raíces aumentará la tasa de de supervivencia del nuevo ejemplar.

Por último, os muestro como quedaría la rama al cabo de unos meses.

acodo aéreo con raíces

Como se puede apreciar, han surgido raíces en la rama acodada. En este punto, cogeremos una herramienta bien afilada y separaremos el nuevo ejemplar de la forma más cuidadosa posible. Hay que tener en cuenta, que las raíces que se han formado son bastante sensible, por lo que hay que ir con la máxima precaución y evitar cualquier tipo de daño.