Macetas de bonsái

En esta sección vamos a hablar de la importancia que tienen las macetas y qué criterios hay que seguir para que haya una coherencia estética en combinación con el árbol.

Recordemos que la palabra bonsái surge de la unión bon=árbol y sái=maceta/bandeja, por lo que básicamente un elemento depende del otro.

De forma muy resumida podríamos decir que la función de la maceta es la de realzar la belleza del árbol, por lo que no se entiende el concepto bonsái sin que hablemos de las macetas. En cualquier caso, ésta debe complementar al árbol. Igual de incorrecto sería usar una maceta muy vieja e importante en un árbol jovencito, como usar una maceta joven, sin personalidad en un árbol muy añejo.

A la hora de elegir el color, forma, estilo de la maceta debemos de pensar que hay que hacerlo como si fueramos a exponer el árbol, por lo que lo que deberá realzar el momento de máximo esplendor del bonsái. (En un frutal, cuando florece, en un caduco cuando muestra la ramificación desnuda, etc)

Es importante no olvidar que el bonsái es una interpretación artística y como tal, siempre influye el buen gusto de cada uno. Aunque sí que se pueden dar unas pinceladas generales y una serie de directrices para tener algo como referencia.

¿Qué tipo de maceta hay que usar en cada especie?

Además de la especie en cuestión, también es importante el estilo del árbol, de tal forma que vamos a tratar esta idea por partes.

En primer lugar, como norma general, en las coníferas (pinos, juníperos) usaremos una maceta sin esmaltar. También podemos usar una maceta sin esmaltar en árboles muy masculinos y toscos como una encina, roble o un algarrobo.

maceta cascada

Para un árbol caduco como un olmo o una zelkova, podemos usar prácticamente el esmalte que queramos (azul, blanco, verde…), porque el árbol se va a exponer desnudo y tenemos que enfatizar la belleza del tronco y su ramificación. Si el tronco es muy oscuro, como en el caso de los olmos nire, si empleáramos una maceta muy oscura, el conjunto quedaría muy apagado, por lo que debemos de tratar de evitar usar macetas negras o sin esmaltar.

maceta esmaltada caduco

En un árbol con flores o fruto tenemos que aplicar el mismo concepto, tratar de buscar un color de un esmalte que enfatice sus colores. Por ejemplo en un manzano no tendría sentido usar una maceta roja porque quedaría aburrido con el color rojo de su fruto. De tal forma, que sería mejor idea emplear un esmalte más claro, que rompa la monotonía del conjunto.

En segundo lugar, en función de la forma del árbol seleccionaremos una forma de maceta u otra. En las cascadas usaremos macetas más altas, al igual que con las semicascadas. Las macetas redondas se usan solo para literatis o para árboles muy retorcidos y tortuosos. Las de forma ovalada o rectangular las emplearemos en moyogi. En un bonsái chokkan o formal vertical usaremos también una maceta rectangular u ovalada, pero ésta debe ser más bajita, ya que de esta forma, recalcaremos la conicidad del árbol y ser verá más majestuoso.

maceta semicascada

¿Qué tamaño debe tener la maceta?

En cuanto al tamaño de la maceta no hay nada escrito, ni hay ninguna norma en la que basarse. Más bien debemos aplicar el sentido común y tener algo de ojo. Es una cuestión de equilibrio, si la maceta queda muy pequeña se nota que queda extraño y desproporcionado, de la misma forma que si ésta es más grande, se verá el árbol demasiado fino y joven. En este caso, no queda más remedio que observar muchos árboles, pues esto es algo que vamos a ir desarrollando con la experiencia. Por lo que un buen consejo que puedo dar es ver imágenes en internet de exposiciones japonesas, de forma que podemos imitar el estilo de las macetas que ellos usan, el color, tamaño, esmalte, etc.

En cualquier caso no pasa nada por que la maceta sea algo más grande de lo normal, siempre y cuando no sea para exponer, ya que así podemos tener al árbol menos ajustado y mejorará nuestro cultivo. En árboles que no estén aun terminados y que aún se estén desarrollando es importante que la maceta siempre sea más grande, porque si limitamos el espacio en el que las raíces se pueden desarrollar, tardaremos más tiempo en formar el árbol y pueden aparecer distintos problemas de cultivo.